Que todo lo que está relacionado con la reconstrucción facial tiene una repercusión a nivel biológico nadie lo niega. Y es que a los dolores propios de la reconstrucción se deben añadir problemas de tipo orgánico como la posibilidad de necrosis, de adormecimiento facial o de infecciones. Pero no solo es esto lo que puede suceder en estos casos sino que las consecuencias se extienden a otras muchas como sucede en el caso de las consecuencias psicológicas en la reconstrucción facial. En todas ellas, los pacientes tienden a sentirse «en otra piel», completamente ajenos. A pesar de que actualmente es posible mantener gran parte de la sensibilidad del rostro, aún es necesario avanzar enormemente.
Consecuencias psicológicas con las que cuenta la reconstrucción facial
- Extraño en su propio cuerpo: En lo que se refiere a este punto, sentirse extraño en el cuerpo propio es una de las principales razones por las cuáles resultará imprescindible no atormentarse y la intervención médica constante.
- Dudas con respecto al entorno: Es imprescindible que se cuente con la oportunidad de hacer de las consecuencias psicológicas el mínimo posible debido a que, de esta manera habremos dado el total de lo que necesitemos. Sin lugar a dudas resultará muy interesante.
- Paranoia: Una de las características más comunes cuando tiene lugar el pensamiento obsesivo de que todo el entorno está observando nuestros movimientos. Para ello será imprescindible el apoyo de especialistas, de familiares y amigos. En ocasiones, es mucho mejor el apoyo de la familia ya que, aunque reticente, el paciente creerá en la palabra de quienes no quieren dañarlo.